domingo, 10 de agosto de 2014

HERNÁN CORTÉS, LA CAÍDA DEL IMPERIO AZTECA Y EL NACIMIENTO DE NUEVA ESPAÑA, 1519-1550

Hernán Cortés era un hidalgo extremeño -de Medellín, Badajoz- fracasado en sus estudios en Salamanca y empujado a emigrar a las Indias. Enfrentado a Diego de Velázquez, gobernador de Cuba, zarpó a espaldas de éste hacia el continente (18 de febrero de 1519), emulando las anteriores expediciones de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. Tras tocar playas de Yucatán, desembarcó definitivamente en San Juan de Ulúa el 22 de abril. Se asentó en esa costa y fundó la ciudad de Veracruz. Supo de la existencia de una civilización poderosa en Tenoctitlán a 400 kilómetros de distancia, por lo que emprende su marcha el 8 de agosto hacia el altiplano. Del 2 al 5 de septiembre derrotan a los tlaxcaltecas, enemigos acérrimos de los aztecas. Con los guerreros ahora aliados de Tlaxcala continúa hasta Cholula, donde se produce una matanza por orden de Alvarado.
El 8 de noviembre entran en la capital, la cual les impresiona por su riqueza, su ubicación en el gran lago de Texcoco y sus grandes edificaciones. El día 14 el emperador Moctezuma II es tomado como rehén. El 10 de mayo de 1520 debe ir al encuentro de las tropas de Pánfilo Narváez que tiene orden de detenerle. Tras vencerlas en la costa, los nuevos soldados españoles refuerzan su ejército, con el que regresa a Tenoctitlán.
Al llegar el 24 de junio son asediados por los aztecas. En esa ausencia hubo una nueva matanza por orden de Alvarado. La situación es insostenible, máxime tras la muerte del emperador por una pedrada, y se decide por la retirada sigilosa la noche del 30 de junio hasta que, descubiertos, se convierte en desbandada. Fueron muchos los españoles capturados para su inmediato sacrificio en el Templo Mayor. Cortés escapó por poco. Era la Noche Triste. Perseguido por los aztecas se produjo la fortuna de la batalla de Otumba, en la que logra ahuyentar a los perseguidores y llegar derrotado a Tlaxcala.

 
En Tlaxcala recompone su ejército y en 1521 se decide a reiniciar el ataque. El 10 de mayo Olid y Alvarado inician desde Texcoco el asedio a Tenochtitlán. La conquista no sería fácil, pues los aztecas, con el nuevo emperador Cuatemoc, han previsto el contraataque español y han organizado una concienzuda defensa. Inician el rodeo del lago ocupando aldeas abandonadas. En Chapultepec cortan el acueducto de agua. Faltaba ocupar el sur de la capital, Iztapalapa. Cortés construyó una pequeña flota para atacar por el mismo lago. El 31 de mayo se completaba el asedio. Quedaban dos meses de asedio feroz con sangrientas luchas de atacantes y defendidos. La viruela fue el aliado inesperado de los españoles. Su contagio diezmó a los defensores. El 13 de agosto se rendía Cuatemoc.
Bernal Díaz del Castillo, fiel soldado de Cortés, escribió Verdadera historia de la conquista de Nueva España, fuente primaria de estudio de esta conquista.
 

Mesoamérica quedaba sentenciada. Al poco caía el istmo al sur de México y Yucatán -el territorio de los decadentes mayas- a manos de los Montejo, que tras ardua lucha conseguían en 1541 cierto dominio. En el actual Jalisco Nuño de Guzmán fundaba Guadalajara, aunque su crueldad provocó la revuelta de los mixtones en 1540, donde murió accidentalmente Pedro de Alvarado tras una dura campaña de pacificación. Al norte del río Grande (o Bravo) se formaba una amplia e inhóspita frontera que detuvo a conquistadores y frailes hasta finales del siglo XVII. Tras las exploraciones de Cabeza de Vaca y de Coronado, ante el escaso interés de la zona, habitada por los feroces indios Pueblo (apaches, comanches, etc) y salvo los lugares donde se descubrieron ricas minas de plata, Zacatecas, San Luis de Potosí o Guanajuato, apenas atrajo colonos. Nacía el virreinato de Nueva España con capital en la nueva Ciudad de México, sobre las ruinas de la vieja Tenoctitlán.

 

jueves, 7 de agosto de 2014

MARCO POLO Y SU VIAJE A ORIENTE

 
En 1271 tres venecianos iniciaban un fabuloso viaje que empujó, casi doscientos años después, a descubrir América. Poco iba a imaginar Marco Polo que un genovés (Génova era la república rival a muerte de Venecia) llamado Cristóbal Colón iba a descubrir el Nuevo Mundo empujado por la lectura de sus hazañas. Sabría que muchos europeos intentarían llegar a Extremo Oriente, pero lo que no sabría es que ese genovés intentaría llegar por el oeste y, de paso, encontrarse con una fenomenal masa continental llamada América.
Marco Polo había nacido en Venecia en 1254. Con apenas seis años su padre Niccolo y su tío Matteo se ausentaron de la casa familiar para partir a Oriente. Llegaron a la corte del Kublai Kan, el cual les protegió en el viaje de vuelta y les dio una carta para el Papa. Marco conoció a su padre con quince años, en 1269. Dos años después les acompañaría en el nuevo viaje a Oriente, que duraría 23 años. Pasando por Tierra Santa y el Kurdistán, descendieron al sur por la antigua Mesopotamia hasta el estrecho de Ormuz. Continuaron por Pamir y el norte del Himalaya y cruzaron el temible desierto del Gobi, llegando en mayo de 1275 al palacio del Kan. Viajó por el sur de China y llegó a hasta la actual Birmania. Anotó todas las maravillas que vio. En 1292 el Kublai Kan les dejó regresar a su tierra natal veneciana.
El retorno sería por mar, surcando el Pacífico oriental hacia el sur. Explorando la costa de Indochina, Malaca y Sumatra, llegó al sur de la India, a Calicut y Cochin. De ahí, con rumbo noreste, llegó al estrecho de Ormuz. Por Persia llegó a Trebisonda y a Constantinopla. Por fin, por el Egeo se adentró en el Adriático y llegó a Venecia en 1295.
Tres años después es encarcelado en Génova, al estar en guerra las dos irreconciliables repúblicas. En la prisión, un novelista llamado Rustichello escribió las narraciones de Marco Polo. El libro fue todo un best-seller de la época aunque, sin embargo, con dudas sobre la autenticidad de la estancia del veneciano en China: no describe la Gran Muralla, ni el té, ni la caligrafía. Tampoco aparece él en los anales chinos. Marco se casó con una rica veneciana y falleció en 1324, con 70 años.
Doscientos años después del viaje un genovés enigmático y asentado en la península Ibérica, llevaba su libro en la primera travesía del Atlántico con el fin de llegar al trono al que llegó Marco Polo. Sólo el veneciano llegó a Oriente. El genovés, equivocadamente, creyó hasta su muerte haberlo conseguido.