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miércoles, 16 de octubre de 2013

EL TRATADO DE UTRECHT, 1713

 
En 1713 se firmaba el Tratado de Utrecht, poniendo casi el final a la larga Guerra de Sucesión Española (1702-1713). La monarquía española quedaba seriamente perjudicada, al menos a primera vista. Felipe V, nuevo rey de España y primer monarca de la dinastía de Borbón, debía de renunciar a las viajas posesiones hispanas de la época de la monarquía de los Austrias en Europa.
El nuevo mapa -que establecía el principio del equilibrio continental entre las diversas potencias europeas y el reparto de las posesiones hispanas- quedaba de la siguiente forma:
* Flandes, el Milanesado, Nápoles y Cerdeña, pasaban a Austria.
* Sicilia pasaba a Piamonte.
* El Peñon de Gibraltar y la isla de Menorca pasaban a Gran Bretaña, la cual obtenía, además, ventajas comerciales en la América hispana y en el tráfico de esclavos.
Lo más humillante fue la pérdida de los territorios propiamente españoles en favor de Gran Bretaña. Menorca fue recuperada casi un siglo después. No así el estratégico peñón, el cual sigue en poder británico a inicios del siglo XXI.
A pesar de todo, España conservaba intacto su imperio americano y, algunos historiadores afirman la positiva pérdida de esos territorios en Europa y la liberación de guerras inútiles.
En los primeros años del reinado de Felipe V ascendió al poder un nuevo valido: el padre Alberoni, el cual envió una flota contra Sicilia para intentar recuperar los territorios italianos. Una coalición de toda Europa destrozó esa fuerza naval en el cabo Pessaro, en Sicilia. Acababa definitivamente la política expansionista de España en Europa.

domingo, 8 de septiembre de 2013

REALES SITIOS DEL SIGLO XVIII


La monarquía borbónica se desplazaba periódicamente, según las estaciones, por sus palacios cercanos a la Villa y Corte de Madrid. Ya desde la dinastía de los Austrias se fue formando una red de Reales Sitios, con una variada tipología monumental.
Los fríos del invierno se pasaban más aliviados en Madrid. El vetusto Alcázar de los Austrias se incendió en la Navidad de 1735. Sobre sus cenizas se erigió uno de los palacios reales más importantes de Europa: el Palacio de Oriente, proyectado por los italianos Juvara y Sachetti, en estilo barroco tardío. Entre el incendio del Alcázar y la inauguración de dicho palacio y de Oriente, los reyes Felipe V y Fernando VI, residieron en el palacio del Buen Retiro, del que hoy no queda nada, tras su destrucción en la Guerra de la Independencia o del Francés. El palacio de El Pardo entraba dentro de esta dinámica de traslado de los reyes.
Con el despuntar de la primavera, la Corte se desplazaba al palacio de Aranjuez (1) para, al llegar los primeros calores, desplazarse al palacio de La Granja de San Ildefonso (2), lugar especialmente agradable, al pie de la Sierra de Guadarrama y rodeado de bosques de pino Valsaín. Por fin, con la llegada del otoño, la comitiva se desplazaba al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (3). En 1807 estaban los reyes en este monasterio, cuando se produjo la famosa conjura protagonizada por Fernando VII y que supuso el prólogo del Motín de Aranjuez. Por fin la Corte regresaba a Madrid (4).
Dada la diferencia en el tiempo de unas construcciones a otras, los estilos arquitectónicos difieren bastante entre sí. Basculan entre el herreriano de El Escorial, el barroco tardío de La Granja o el palacio de Oriente, al neoclasicismo, plasmado en Aranjuez.
 
Esta red de palacios suntuosos y cercanos a la capital del reino es normal en otros países de Europa, como se ve en este mapa.