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domingo, 10 de noviembre de 2013

LA BATALLA DE GUADALAJARA

 
 
Al acabar la batalla del Jarama, Franco intentó una nueva ofensiva antes de abandonar el propósito de conquistar Madrid como objetivo prioritario de guerra. Fracasados los ataques por el noroeste en el varano de 1936, por el suroeste en el otoño y, por el sudeste, en febrero del 37, ahora lo intentaría por el noreste-este, es decir, atacaría siguiendo la carretera de Barcelona en dirección a la capital provincial, a Alcalá de Henares y, por último a Madrid. Para ello contaba con el ejército italiano, el Cuerpo de Tropas Voluntarias al mando del general Roatta, muy confiado tras su fácil ofensiva en Málaga a inicios de enero, así como la División Soria, al mando del general Moscardó.
El día 8 de marzo se inicia con un bombardeo y un avance de tanques italianos, aunque la niebla les impidió un avance profundo. Sin embargo, al día siguiente, las Brigadas Internacionales les detuvieron momentáneamente, aunque el día 10 lograban entrar en Brihuega. El día 11 logran rechazar a los brigadistas y toman Trijueque, aunque no consiguen entrar en Torija por el barrizal y la fuerte agua-nieve que caía. Además no tenían apoyo aéreo ni por el flanco noroeste, el del ejército español de Moscardó, que tras tomar Cogolludo y Jadraque, queda detenido cerca de Hita.
Por fin, el día 12, los republicanos se lanzan a la ofensiva, con apoyo aéreo y de tanques soviéticos, que consigue detener el avance italiano. Al día siguiente, los republicanos de Líster cercan a un ejército italiano en Brihuega. Entre los días 14 y 17 se suceden los bombardeos republicanos, que destruyen gran cantidad de tanques enemigos. El día 18 los italianos logran evacuar Brihuega y, entre los días 18 y 23, los republicanos logran recuperar parte del territorio perdido, capturando gran cantidad de material de guerra italiano, abandonado en plena y desordena retirada. El día 23 se acababa la batalla.
Franco no conseguía avanzar a Madrid y dirigirá sus esfuerzos hacia el frente del norte cantábrico. Por su parte, Mussolini (que estalló de cólera al enterarse) cosechaba un rotundo fracaso ante la opinión pública internacional, al quedar patente el fracaso de sus blindados ante los soviéticos.
Simultáneamente, la prensa republicana exageró la victoria, llegando a hablar de un nuevo "Caporeto" -célebre derrota en la Primera Guerra Mundial- de los italianos. En el mismo año de 1937 los republicanos pasaron al contraataque, llegando a lanzar dos ofensivas fracasadas en los alrededores de Madrid: Segovia (primavera) y Brunete (verano).

sábado, 12 de octubre de 2013

LA CAMPAÑA DE CATALUÑA


Franco decidió atacar Cataluña sin acordar una tregua navideña, para aprovechar así el desgaste republicano después de la batalla del Ebro. Además, le urgía ahora acabar la guerra ante el previsible conflicto mundial tras la reunión de las potencias en Múnich (septiembre de 1938). A pesar de que los republicanos iniciaron una ofensiva de distracción en Extremadura, Franco continuó sus planes. La campaña de Cataluña se iniciaba el 23 de diciembre de 1938 al mando del general Dávila. Las ofensivas se dirigirían hacia el este, desde Lérida, y desde el suroeste (Tarragona), en dirección al noreste, a Barcelona y Gerona. Un mes después (26 de enero) entraba Yagüe en una Barcelona abandonada por el gobierno republicano y reunido postreramente, junto a las Cortes, en Figueres. Dos semanas después llegaban los franquistas a la frontera (9 de febrero).
La retirada republicana hacia el norte es uno de los hechos más terribles en la represión mutua durante la guerra. A las duras represalias franquistas, típicas de toda la guerra tras la caída de cualquier zona republicana, se sumaba la de milicianos descontrolados. Éstos fusilaron masivamente a prisioneros derechistas en su poder, como es el caso del general franquista, rendido en Teruel, Rey d´Ancourt, o el obispo Polanco. Las caravanas apresuradas de camiones con fugitivos se atascaban cerca de La Jonquera y eran presa de ataques aéreos de la aviación enemiga. Es tristemente célebre la evacuación del poeta Antonio Machado y su madre, enfermos y muertos ambos casi al tiempo en la vecina localidad francesa de Colliure. La guerra estaba ya casi acabada, pues las sucesivas caídas del cuadrante suroriental peninsular y de la capital de España eran ya casi inevitables.

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA BATALLA DE BRUNETE


BATALLA DE BRUNETE
Ante la ofensiva franquista contra Cantabria a inicios del verano de 1937, el mando republicano decide una ofensiva desde el noroeste de la provincia de Madrid que cortase la carretera de Extremadura, al suroeste, a la altura de Navalcarnero, y así cercar la Casa de Campo y obligar a Franco a retirar tropas del norte.
Se inicia el ataque la madrugada del 6 de julio por la 11ª División de Líster, que avanza unos 16 km y conquista Brunete, ante la sorpresa de los franquistas. El día 7 cae Villanueva de la Cañada, aunque Quijorna y Villanueva del Pardillo logran resistir los ataques de las Brigadas Internacionales. Sin embargo cae Quijorna al día siguiente, mientras que, el día 11, cae Villanueva. Sin embargo, Líster no continuó a Boadilla del Monte, atrincherándose en Brunete.
A partir del día 12, reforzados por tropas retiradas del norte, los nacionales repelen los ataques y las fuerzas republicanas pasan a la defensiva, produciéndose durante los días siguientes combates durísimos, con ataques y contraataques bajo un sol abrasador. La superioridad aérea de la Legión Cóndor es decisiva y los republicanos llegan a ejecuciones de desertores en el campo de batalla.
El 24 de julio los sublevados recuperan Brunete y el día 27 de julio ha terminado todo, sin que los nacionales recuperen Quijorna, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo.
La batalla se saldó con 20.000 bajas republicanas y 17.000 franquistas. Los republicanos lograron una pequeña franja de territorio y sólo se detuvo un mes el ataque a Cantabria.

domingo, 29 de septiembre de 2013

LA BATALLA DE BELCHITE

La batalla de Belchite es una de las más desconocidas de la Guerra Civil española, a pesar de su gran importancia. Hoy, existen aún sus ruinas tal y como quedaron al acabar la batalla. El paso del tiempo va poco a poco destruyendo lo que las bombas no lograron. Unas ruinas testimonio de la barbarie de aquella guerra.
 
 
A finales de agosto de 1937, tras el fracaso de Brunete, los republicanos decidieron otra ofensiva de distracción que detuviese el ataque franquista a Asturias. Una gran ofensiva debería hacer una tenaza en torno a Zaragoza, la cual debería de caer y dar un golpe de propaganda, pues sería la primera capital de provincia que caería en poder republicano.
El 24 de agosto se inició la ofensiva. El 26 cayeron fácilmente Quinto, Mediana y Codo, llegando muy cerca de Zaragoza. Sin embargo, Belchite resistía. La población contaba con unos 3.800 habitantes y en esos momentos estaba bien fortificada, con una buena guarnición de soldados franquistas. Los republicanos decidieron tomarla al asalto, aún a riesgo de perder un tiempo precioso para  proseguir con éxito el plan trazado. Tras ser rechazada una ofensiva de socorro de los nacionales (30 de agosto), la madrugada del 5 al 6 de septiembre, los asaltantes someten la ciudad, pero no pueden impedir una salida desesperada de sus defensores, algunos de los cuales logran sobrepasar las líneas enemigas y llegar a reunirse con sus tropas. A mediados de septiembre el frente estaba estabilizado sin que la capital aragonesa cayese y Belchite quedaba reducido a un montón de ruinas.
 
Ruinas de Belchite