sábado, 7 de septiembre de 2013

DESCOLONIZACIÓN ESPAÑOLA DE ÁFRICA

 
 

En los años sesenta -mayoritariamente- se derrumbaba el colonialismo/imperialismo europeos en África. El proceso se había iniciado en los años de entreguerras en el Egipto británico, pero fue en los años 50 cuando se dieron las primeras independencias en el Magreb, y en la mencionada década de los sesenta cuando le tocaba el turno al África Negra o subsahariana. Sin embargo, las dos naciones ibéricas serían de las últimas en reconocer las emancipaciones definitivas de sus pequeños imperios: en los años setenta.
En 1956, Franco enemistado con la Francia de la IV República, se vio obligado a reconocer la independencia del territorio en el que combatió y le dio la gloria personal. Nacía el nuevo Marruecos, con los dos protectorados y Tánger incluido, con el rey Mohamed V. Pero aún no llegaba la paz a España. Entre 1957 y 1958 se producía la guerra de Ifni y enfrentamientos en el Sahara Occidental. Franco, para evitar una nueva guerra directa en el territorio marroquí, vio cómo la franja de Ifni quedaba reducida a la pequeña capital y se veía obligado a ceder a Marruecos el territorio de Tarfaya.
El 12 de octubre de 1968 el ministro de Franco, Manuel Fraga Iribarne, entregaba el poder de la nueva República de Guinea Ecuatorial a Francisco Macías Nguema como nuevo presidente del territorio conjunto de Río Muni y la isla de Fernando Poo. Los diez años siguientes fueron el escenario de una atroz dictadura de ese personaje, culminada, aparentemente en 1979, con su derrocamiento. En la actualidad, el territorio, rico en petróleo, está bajo el gobierno también despótico del sobrino de aquél: Teodoro Obiang. Desde entonces las relaciones con España siguen siendo tensas, con crisis diplomáticas intermitentes entre ambos países.
Un año más tarde, en 1969, se entregaba a Marruecos la plaza de Ifni, culminando en apariencia los problemas con Marruecos. 
Al iniciarse la nueva década de los setenta, España hubo de acceder a la independencia del Sahara Occidental, tras la independencia del África portugués en 1974, tras la Revolución de los Claveles. El proceso fue lamentable. Marruecos y Mauritania ocupaban el territorio a partes iguales por el Tratado de Madrid en noviembre de 1975, aprovechando la enfermedad final de Franco y con la amenaza, de nuevo, de otra guerra con el vecino marroquí. El Frente Polisario fundaba la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) e iniciaba una lucha que llega hasta nuestros días. En 1980, Mauritania abandonaba su zona y Marruecos la anexionaba. Nacía el gran Marruecos, aunque muy alejado del soñado inicialmente por los ultranacionalistas y que buscaban una gran reino hasta el río San Luis en Senegal, zonas del desierto de Argelia, Mauritania y las islas Canarias, es decir, el territorio de los medievales imperios almorávide y almohade.
Así, con esta descolonización tan desastrosa, acababa el fugaz y minúsculo imperio africano español que Franco intentó conservar y agrandar en tiempos de la II Guerra Mundial a expensas del Francia y con Hitler como padrino, algo que el nazi no aceptó.
 

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